Las hormonas del enamoramiento
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¿Por qué nos enamoramos?
¿Por qué nos enamoramos?
Contestar
semejante pregunta probablemente resulte casi imposible y para al menos lograr
acercarse a una posible respuesta, habría que formularse otras tantas
preguntas. Por ejemplo: qué es el amor, qué sería de nosotros sin él o qué es
estar enamorado en realidad.
Sin
dudas, todas estas preguntas tienen una fuerte carga de subjetividad y habría
que tener en cuenta muchos factores que inciden en la forma en la que cada uno
de nosotros considera qué es el amor y estar enamorado. Desde nuestros procesos
cognitivos, lo social, lo que hemos aprendido desde los medios de comunicación
y un largo etcétera. Pero hoy nos dedicaremos a los que pocas veces nos
cuestionamos, lo biológico del amor, la ciencia del amor.
Una
mirada científica al amor
Mirar
algo como el amor con ojos científicos, parece casi un sacrilegio pues todos
tenemos un concepto romántico, espiritual o sentimental del amor, pero
entonces: ¿qué es el amor?
¿Qué
es el amor?
La
RAE define el amor de varias maneras, por ahora quedémonos con las 3 primeras:
1.
m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia
insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2.
m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando
reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para
convivir, comunicarnos y crear.
3.
m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Teniendo
en cuenta estas definiciones, bien podríamos decir que el amor es una especie
de adicción, ¿no? Pues así es, algunos estudios científicos han descubierto que
los mismos procesos químicos que se desarrollan en el organismo cuando estamos
frente a una adicción, también ocurren cuando decimos estar enamorados.
Además
de ser parte de la química de nuestro cuerpo, el amor parece estar incluso en
nuestros genes, como algo que debemos ser capaces de brindar, por ejemplo, a
nuestros hijos. El amor (en nuestra concepción puramente romántica) nos motiva
y nos regocija, diferenciando a los seres humanos de la enorme mayoría de los
otros grupos sociales animales. La química que trabaja en el cerebro para
darnos a entender que estamos enamorados define, entre otras cosas, las formas
en las que vamos a formar familias o a tener hijos.
¿Cómo
y porqué nos enamoramos?
Helen
Fisher, antropóloga y profesora en la Universidad Rutgers (EEUU), se ha
especializado en el estudio de las relaciones y el comportamiento humano
durante años, desarrollando una de las teorías más relevantes sobre el amor y
los procesos químicos que lo enmarcan.
En
su libro Why we love: The nature and chemistry of romantic love, la doctora
Fisher señala que existen 3 etapas en las que el amor se desarrolla y cómo cada
una de éstas es impulsada por diferentes procesos químicos y hormonales. Estas
tres etapas serían además, los sistemas que la humanidad ha desarrollado para
el apareamiento y la reproducción:
Etapa
1: la lujuria
Básicamente
sería la libido, la atracción sexual. Es la primera instancia del amor y en
ella, tanto en hombres como en mujeres, se liberan las hormonas sexuales en el
cuerpo (testosterona y estrógenos).
Etapa
2: la atracción sexual selectiva
Aquí
es cuando todo el sentido romántico del que hablábamos (el de la conexión, la
plenitud, lo absoluto) golpea con todas sus fuerzas. Es ese momento en el que
no se puede dejar de pensar en la otra persona, en el que en algunos casos se
pierde el apetito, se necesitan menos horas de sueño, etc. Todo esto es el
resultado del estado en el que se encuentra el organismo, el trabajo de los
neurotransmisores y en especial el de las monoaminas.
En
esta etapa, las monoaminas juegan un rol fundamental. Participan por ejemplo la
dopamina (que también se activa con drogas como la cocaína), la adrenalina (que
acelera el ritmo cardíaco y puede hacernos sudar) y la serotonina (que
prácticamente te enloquece).
Etapa
3: el apego
Esto
es el profundo sentimiento de unión con el/la enamorado/a, es el “juntos por
siempre”. En esta última etapa, el sistema nervioso libera dos hormonas
fundamentales que determinan el apego a la pareja y se cree que estas
desempeñan un rol muy importante en lo que refiere a los aspectos sociales y
los modos de vida en grupo.
Ellas
son la oxitocina y la vasopresina. La oxitocina es liberada por la glándula del
hipotálamo durante el parto y también ayuda en la leche materna, colaborando a
consolidar el fuerte vínculo entre la madre y el niño. Por otra parte, también
se libera (en ambos sexos) durante el orgasmo y se cree que cuanto más
relaciones sexuales tiene una pareja, más profundo es su vínculo.
La
vasopresina es otro químico muy importante en esta etapa de compromiso a largo
plazo. Es un importante regulador del riñón y su función en relaciones a largo
plazo fue descubierta cuando los científicos examinaron ratones de pradera.
Estos ratones, no sólo tienen relaciones sexuales con fines reproductivos sino
que, tal como los humanos, lo hacen por placer y sus vínculos también son mucho
más fuertes y duraderos.
Obtenido del sito web:
https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/4014/por-que-nos-enamoramos el día 23 de marzo de 2020 a las 13:30.