Fecha y hora de consulta: 20 de julio de 2021 a las 17:09
Los descubrimientos biológicos aumentaron cuando la tecnología de
imágenes se volvió más sofisticada. Las células fueron vistas por primera vez y
descriptas por algunos de los microscopistas de principios del siglo XVII.
A. van
Leeuwenhoek (1632-1723), naturalista holandés, investigó en sus horas de ocio los
más variados objetos, con ayuda de los cristales de aumento que él mismo
construyera. Construyó microscopios y en lugar de venderlos los regaló a entidades
científicas; aunque carecía de preparación científica era un agudo observador y
comunicaba sus observaciones a la Real Sociedad de Londres.
En 1675, por medio
del microscopio, un alumno de Leeuwenhoek descubrió que en el esperma humano
existían innumerables corpúsculos, sumamente pequeños y móviles, supuestos
animalitos ("animálculos") que actualmente se conocen como espermatozoides. Leibniz, filósofo
alemán aficionado a la biología, se dejó arrebatar por este descubrimiento a la idea de
que estos animalitos existían en todas partes.
El naturalista Buffon (1707-1788),
contemporáneo y rival de Linneo (sistemático sueco), pensaba que los seres microscópicos representaban moléculas vivientes, de las cuales por aglomeración, según ciertas leyes, resulta el animal visible. Las ideas filosóficas fueron la fuente, junto con la experiencia y la observación a través del microscopio, de donde provino la teoría de que en el cuerpo animal y en el vegetal aparecen pequeños “poros”, ahora conocidos como células.
Estas células ya se conocían en el siglo XVIII: Malpighi,
Hooke y Greew reconocieron que el tejido de la planta se compones de huecos
limitados por tabiques fijos. Más de cien años permaneció intacta esa observación. Wolff intentó profundizarla y procuró también formarse una idea de la esencia de la
fecundación. Wolff era profesor de filosofía y fue el fundador de la teoría epigenética
de la evolución (teoría ya desacreditada que afirmaba que durante el desarrollo del
individuo se forman nuevas estructuras a partir de un material no diferenciado, con
ayuda de una fuerza vital). Observó que el cuerpo de la planta se parece a un líquido
espumoso; que los poros en la espuma están llenos de cierto jugo, y que el germen
animal está compuesto de minúsculas “esférulas”.
Sin embargo, aún a fines del siglo XVIII el naturalista Cuvier y X. Bichat, el
fundador de la teoría de los tejidos animales, rechazaban el microscopio porque
ofrecía visiones deformadas de los objetos. Los microscopios de aquella época eran
rudimentarios, pero hacia 1807 ya se empleaban aumentos de 180 a 400 diámetros. En 1837, Meyen observó los órganos vegetales a 500 aumentos, y desde 1840 el microscopio ya era de uso común.
EL NACIMIENTO DE LA TEORÍA CELULAR
La palabra “célula” fue utilizada por primera vez por el botánico inglés
Robert Hooke para designar las primeras cámaras o alveolos que había observado al
estudiar al microscopio delgadas láminas de tejidos vegetales. El libro “Micrografía”
(1665) de Robert Hooke contiene algunos de los primeros dibujos nítidos de células
vegetales, basados en las observaciones de algunas secciones finas de “corcho”
(corteza o cubierta exterior de cualquier planta leñosa). Pero Hooke nunca llegó a
imaginar el verdadero significado de aquellas células; solamente había percibido su
estructura, su esqueleto. No sería hasta mediados del siglo XIX que dos científicos
alemanes, Schleiden y Schwann, descubrirían la naturaleza celular de la materia viva.
Matthias Jakob Schleiden nació en Hamburgo en 1804. Estudió derecho y
ejerció la abogacía hasta los 27 años, insatisfecho con su actividad decidió
abandonar la profesión y luego de un intento de suicidio en 1831 inició una nueva
vida. Volvió a la Universidad para seguir cursos de medicina y botánica y en 1839
fue nombrado profesor adjunto de botánica en la Universidad de Jena, en la que
permaneció durante 23 años. Después de una breve estancia en Rusia, se estableció
en Dresde, donde murió en 1881. Schleiden rechazaba el vitalismo (posición según la
cual los organismos vivos poseen una fuerza o sustancia vital especial, que no se
puede encontrar en la materia inerte) en busca de una explicación mecanicista de la
vida, y de carácter evolucionista. Su objetivo era hacer de la botánica una ciencia
verdadera y exacta.
En 1833, el botánico inglés R. Brown descubrió en diferentes células
vegetales un “granito” (el núcleo). Schleiden se esforzó por demostrar que las células
se forman de este núcleo; que del plasma viviente al principio, se separa el núcleo y
que a su alrededor se forman células que van creciendo, hasta que sus paredes se
tocan y por una especie de cristalización nace el tejido celular. Gran confusión
originó la circunstancia de no establecer diferencia alguna entre el núcleo, las
vacuolas y los granos de almidón, creyendo que todos representaban células
embrionarias. Schleiden, tampoco vio claro cómo estaban compuestas las plantas unicelulares.
Theodor Schwann, nacido en 1810, cerca de Dusseldorf, en el
seno de una familia sumamente religiosa. Estudió medicina en Bonn, donde conoció
a Müller, y en Berlín ocupó la cátedra de Anatomía. En aquellos tiempos
abandonaría en parte su vida de intensa actividad religiosa dejándose seducir por
concepciones mecanicistas. A partir de 1839 su carrera científica culmina debido, en
principio, a la actitud crítica de científicos dedicados a la química frente a sus
trabajos sobre la fermentación alcohólica. Ante tal circunstancia resurge su jamás
apagada fe religiosa, abandonada debido al racionalismo de los años anteriores, y se
refugia en el Dios de su infancia. Schwann se trasladó a Londres como profesor de
Anatomía donde permaneció durante nueve años. En 1848 viajó a Lieja para
desempeñarse como profesor de Fisiología y Morfología, allí se consagra a la tarea
de inventor desarrollando instrumentos utilizados en tecnología mineral. Falleció en
Colonia en 1882, víctima de una embolia.
PLÁTICANDO ENTRE AMIGOS
Schwann y Schleiden eran grandes amigos, y el mismo Schwann cuenta
como una conversación con Schleiden, en Berlín, le sugirió la idea que daría origen a
la teoría celular: “Un día que cenaba con el señor Schleiden, este ilustre botánico me
indicó la importante función que desempeña el núcleo en el desarrrollo de las
células vegetales. Me acordé enseguida de haber visto un órgano semejante en las
células de la cuerda dorsal del renacuajo, y en aquel momento comprendí la
importancia que tendría mi descubrimiento si llegaba a demostrar que en las células
de la cuerda dorsal este núcleo desempeñaba el mismo papel que el núcleo de las
plantas en el desarrollo de los vegetales”.
Esto ocurría en 1838, año en que Schleiden había publicado una breve memoria
en la que se describía el desarrollo del bolso embrionario de diversas plantas y en la
que se explicaba la independencia de las células que componen el organismo y la
función directora del núcleo. A raíz de esta observación, Schwann se dedicó a
descubrir la composición celular de los tejidos animales y a localizar los núcleos de
las diferentes células. Al año siguiente, Schwann publicó una memoria en la que se
exponían todas las bases de la teoría celular.
La teoría celular de Schwann exponía dos cosas:
1) El reconocimiento de que el organismo compuesto se desarrolla de
células.
2) Una nueva filosofía inductiva, genética y mecánica.
Tanto Schleiden como Schwann afirmaban que el organismo era un agregado
(según ciertas leyes) de otros seres de orden inferior; contra la opinión vitalista de la
unidad de la vida en el cuerpo orgánico y contra la fuerza vital unitaria. Schleiden
aducía que la vida es el resultado de la colaboración de muchas células. Schleiden,
botánico, y Schwann, zoólogo, estudiaron muchos tipos de tejidos en sus campos
respectivos. Ambos llegaron a la conclusión de que la célula es la unidad estructural
básica de todos los organismos.
Este es el enunciado básico de la teoría celular.
La Teoría Celular, tal como se la considera hoy, puede resumirse en cuatro
proposiciones:
1. En principio, todos los organismos están compuestos de células.
2. En las células tienen lugar las reacciones metabólicas de organismo.
3. Las células provienen tan solo de otras células preexistentes.
4. Las células contienen el material hereditario.
La segunda y tercera proposiciones fueron añadidas por el patólogo y también
estadista Rudolf Virchow (1821 – 1902). En su trabajo “Patología celular” (1858),
Virchow consideró la célula como la unidad básica metabólica y estructural. En ese
mismo trabajo subrayó la continuidad de los organismos: “todas las células
provienen de otras células (preexistentes)”.
La Teoría Sintética de la Evolución considera, procesos evolutivos que actuando de forma conjunta provocan la evolución, las mutaciones, recombinación o entrecruzamiento, son fuentes variabilidad, mientras que la selección natural, aislamiento reproductivo y las migraciones son causantes de cambio en las poblaciones. 1.- Fuentes de variabilidad: 1.1 Mutaciones: Cambios en el material pueden ser benéficas, dañinas, letales o neutras. Las benéficas son aquellas que le proporcionan una ventaja a los organismos que la presentan, pueden ser dañinas, porque proporcionan una desventaja, como el síndrome de Down o la miopía, incluso pueden provocar la muerte del organismo, es cuando se consideran letales. Pero también existen mutaciones que, al parecer en ese momento no implican ni ventajas ni desventajas, como hacer la lengua taquito, las cuales se llaman neutras. 1.2 Entrecruzamiento o recombinación genética: ocurre durante la meiosis, se intercambian segmentos de ADN al azar de los cromosom
Cuando una célula está enferma o envejecida, se deteriora su ADN y deja de producir las proteínas en forma correcta. Nuestro cuerpo (y el de todos los seres vivos) posee mecanismos de defensa contra malas funciones generadas tanto interna como externamente. Una de las estrategias consiste en que la célula en deterioro se conduce por sí misma a la muerte para no causar daño a otras células y producir un problema mayor para el metabolismo; dicha estrategia se conoce como apoptosis. Gracias a este proceso nos salvamos de sufrir muchas enfermedades. Los biólogos estudian la vida en diferentes niveles, desde las células individuales, pasando por los organismos, hasta la biósfera completa, que es nuestro planeta Tierra. CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS Todos los seres vivos comparten aspectos que los hacen completamente diferentes a los sistemas no vivos. Estas características son ocho y los organismos vivos cumplen con todas ellas, las cuales se describen a continuación: ESTRUCTURA CELULA
LAS NEURONAS El principal mecanismo de información en el cuerpo lo constituye un sistema de neuronas que se comunican unas con otras y para propósitos puramente didácticos, dividimos este sistema en un Sistema Nervioso Central (SNC) formado por el cerebro y la médula espinal, y en un Sistema Nervioso Periférico (SNP) que une el sistema nervioso central con los receptores sensoriales, que reciben información proveniente del medio externo e interno, y con los músculos y glándulas que son los efectores de las decisiones del SNC. Esta información es llevada por axones motores y sensoriales del SNP en haces de cables elctricos que conocemos como nervios; por ejemplo, la información que recibe cada ojo es llevada al cerebro en los millones de axones que forman el nervio óptico. La información dentro del sistema nervioso es manejada por tres tipos de neuronas. Las neuronas sensoriales, que mandan información desde los tejidos del cuerpo y los órganos sensoriales hacia la médula espinal. Cuand
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